¿Intentas llegar a todo sin prestar atención a tu cuerpo ni a tus emociones?
Te entiendo, vivimos en una sociedad que nos empuja a hacer más, a aguantar, a seguir y a culparnos si no somos productivas.
Mientras cada día sientes que te ahogas, que te faltan horas en el día y que nunca es buen momento para ponerte en primer lugar.
Porque si lo haces… Llega tu compañera la culpa de la mano de la autocrítica.
Y la realidad es que nadie nos ha enseñado qué hacer con estas emociones.
¿Y si te dijera que hay otra forma de vivir?
¿Y si te dijera que se puede seguir siendo funcional empiezas a hacer fitness emocional?
El secreto no es guardar esas emociones bajo la alfombra porque como ya te habrás dado cuenta…